Los aintiinflamatorios no esteroideos podrían prevenir el cáncer de piel

Según un estudio de la Facultad de Medicina de Stanford, Estados Unidos, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) reducen el riesgo de cáncer de piel. Aunque la administración oral se relaciona con un incremento del riesgo de ataques cardiacos e ictus en algunas personas, es posible que la aplicación tópica tenga un efecto protector en personas propensas a desarrollar carcinomas de células basales.

«La incidencia de carcinomas de células basales está aumentando sin parar y este estudio identifica una posible forma de prevenirlos», asegura Jean Tang, profesora asistente de Dermatología. Los investigadores aprovecharon los hallazgos de un estudio previo en el que se sugería que el celecoxib, un antiinflamatorio no esteroideo, inhibe el desarrollo de diferentes tipos de cáncer de piel en ratones. Se preguntaron si este fármaco podría tener un efecto similar en el carcinoma de células basales.

Los científicos analizaron a 60 personas con predisposición genética a este tipo de carcinoma en un estudio doble ciego durante tres años. Las personas con este trastorno, llamado síndrome del nevus de células basales, desarrollaron espontáneamente cientos de cánceres de piel a lo largo de su vida y fueron seguidos por un dermatólogo. La mitad de los pacientes recibieron una píldora con 200 mg de celecoxib dos veces al día, mientras que a los otros se les administró un placebo. A todos los pacientes se les hizo un seguimiento cada tres meses.

Se cree que el celecoxib previene o ralentiza el crecimiento del cáncer interfiriendo con la acción de la enzima cox-2 que provoca la inflamación de los tejidos. Celecoxib tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias. La inflamación crónica se ha asociado con el desarrollo de muchos tipos de cáncer y esta sustancia ha mostrado que reduce la incidencia del cáncer de colon en personas con predisposición genética para esta enfermedad.

Antes de comenzar con los estudios en humanos, los investigadores utilizaron ratones modificados genéticamente para probar si la cox-2 estaba implicada en el carcinoma de células basales. Hallaron que eliminando el gen cox-2 en estos ratones se reducía la carga tumoral en un 70 por ciento. En cambio, el tamaño de los tumores se duplicó en ratones modificados para expresar cantidades más altas de cox-2.

Cuando el estudio con humanos ya estaba en marcha, comenzó a aumentar el riesgo de ataques cardiacos e ictus en pacientes que estaban tomando diferentes antiinflamatorios no esteroideos. Durante ese año el estudio fue discontinuo, aunque los investigadores continuaron monitorizando a los pacientes con carcinomas de células basales. Aunque ambos grupos continuaron desarrollando nuevos cánceres, el tratamiento oral con celecoxib disminuyó el crecimiento de tumores en la piel alrededor de un 50 por ciento comparado con los participantes que consumieron un placebo.